The Writer. Capítulo 1: Yo...

-Si dudamos de lo que vemos. ¿Qué es real y qué no? ¿Cómo diferenciarlo? ¿Cómo notarlo? O como mínimo, ¿Cómo hacer que me entiendan? La gente me ve, me analiza y me juzgan. Están presentes ante un “ciego”, un “sordo” -metafóricamente hablando- un esquizofrénico, un loco. Alguien que no es capaz de percibir la vida como la cultura, las leyes, la naturaleza o los científicos dictan. ¿Ve eso normal doctor?

-Si me deja opinar… Está mal criticar sin saber de su inusual… condición. Pero sí, es normal que todos lo vean con una mirada que a usted le parezca molesto, irritante o hasta lo puede considerar denigrante. Pero ¿Cómo los ve? ¿No se supone que puede “ver sus imaginaciones manifestarse como si de una película de animación antigua se tratase”? ¿No ha intentado imaginar otro tipo de miradas y ya está?

-Ni una, ni dos, ni tres… ya hasta perdí la cuenta. En los dos últimos meses lo he intentado un incalculable número de veces. Los efectos son nulos. Los imagino que van cada uno por su cuenta, sin centrarse en mí y de repente salen “viñetas” de sus cabezas criticándome. O pienso que me están mirando por algo fantástico que acabo de hacer y de repente empiezan a reír. ¿Las cosas son así? ¿No me quitan ojo de encima? ¿O soy yo imaginándome eso?

-¿Sabe lo que pasa? Que cuando grita lo que ve… Cuando se presenta con esas ropas estrafalarias… Cuando le ven su mirada perdida en cosas sin sentido: faroles, nubes, ventanas y hasta perros… Ellos ven algo raro, como si viesen a un extraterrestre. Algo que no entienden, algo con lo que comparan con las locuras que surgen hoy en día hasta por debajo de las rocas. Yo, como psicólogo, veo cosas como esta a diario. Por eso no te veo raro.

-Doctor dígame algo. ¿Qué es cierto y qué no? ¿Qué hago aquí? ¿O por qué poseo esta curiosa pesadilla?

-Eso debe ser capaz de descubrirlo por su cuenta. ¡Abra su mente! ¡Esté dispuesto para creer en todo lo que ve y lo que no, lo que percibe con los otros sentidos y lo que siente a través de tus sentimientos! ¡Haz un viaje de autodescubrimiento! Conozco un lugar donde no te cobran mucho…

-No hace falta. Yo ya tengo suficiente. Mi futuro se acerca. Puedo ver la odisea que emprenderé. Lo temo, lo rechazo, lo odio; pero al mismo tiempo, lo espero, lo codicio y lo anhelo. ¡Lo haré! ¡Escribiré mi historia!